viernes, 17 de enero de 2014

El oro del Vaticano

Bueno, hablando de mi experiencia en Italia, voy a tocar el tema del oro del Vaticano, del que vengo escuchando hablar casi desde que sé caminar.  Para empezar: no es un mito. Hay oro en cantidad, sobre todo en algunas iglesias (como la de San Juan de Letrán, San Giovanni in Laterano), y algo menos en San Pietro donde, por otro lado, sí hay abundancia de expresiones de arte.  No es esto una gran novedad, todas las culturas han tratado siempre de mostrar su pujanza a través de templos de lujo increíble, como los templos asiáticos que vemos en las fotos, al lado de los cuales San Juan de Letrán es un rancho con piso de tierra.



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Es cierto, por otra parte, que es la Iglesia Católica la que ha predicado siempre el espíritu de pobreza, por lo que tanta ostentación representa, por lo menos, una contradicción, si es que no hipocresía. Y es cierto que parece que todos critican estas cosas únicamente en la Iglesia Católica. Seguimos.

Dejando de lado esto, tal vez convenga aclarar que de todas las iglesias de Roma, que en general se nombran genéricamente como "El Vaticano", sólo están realmente en el Vaticano: San Pedro y la Capilla Sixtina, junto con otras capillas internas, menores, la Piazza San Pietro y los edificios que la rodean.  Todo lo demás está en Roma, es decir en Italia; pero es cierto también que fueron las iglesias de Roma fueron construidas cuando los papas gobernaban sobre toda la ciudad, y sobre una parte importante del actual territorio italiano.

Tengo sentimientos contradictorios al respecto.  Muchas de las obrás más suntuosas son a la vez muestras de arte de una calidad estética insuperable; por ejemplo, los candelabros y la cruz,que hay sobre el altar de San Pedro, bellísimos, un capital cultural invalorable ... y que son de oro, si no totalmente, si en gran parte.  Me parece excesivo, pero a la vez me creo que sería lamentable perder esa bella muestra de arte.  Y creo además que si se fundiera todo el oro de todas las iglesias de Roma, (¿5.000 millones de dólares?) tendríamos para darle 5 dólares a cada uno de los pobres del mundo, por lo que, salvo como un gesto de desprendimiento de la Iglesia, no creo serviría de mucho ... En fin: lo que está, está.  Pero pensar en repetir ese despliegue de lujo me parece, a esta altura de la historia, un disparate incomprensible. 

Dejando de lado el tema del oro, que me parece que no se va a cerrar nunca, quería ahora comentar otra cosa que, esta sí, me dejó como católico profundamente dolido y avergonzado.  Cerca de la orilla del Tíber, por la zona del templo de Vesta y el teatro de Marcello, se  encuentra la gran sinagoga de Roma.  Este edificio está en la zona de lo que fue, en su momento, el Gueto de Roma, un conjunto de no más de tres manzanas donde se hacinaban unas 2000 personas, en una zona expuesta a las frecuentes inundaciones del Tìber.  Los judíos que residían allí sólo podían salir de día, llevando hombres y mujeres una humillante vestidura amarilla (el mismo color del que eran obligadas a vestirse las prostitutas) y debían encontrarse de vuelta en el guetto una hora después de la puesta del sol, cuando se cerraban las puertas. Esta ignominiosa reclusión fue creada por orden del Papa Paulo IV en el año 1555.  Se obligó a los judios encerrados allí a financiar el costo de la construcción de la muralla que encerraba todo el barrio; cada judío debía pagar un impuesto especial; sólo se les permitía ejercer ciertos oficios considerados deshonrosos, y no podían tener propiedades ni siquiera en el ghetto, por lo que las malsanas casas en las que vivían eran propiedad de cristianos que se las alquilaban. Los sábados, el día santo de los judíos, eran obligados a escuchar un sermón por un sacerdote católico en una iglesia cercana al ghetto. Una vez al año el rabino tenía que pedir, en postura humillante y ante el arco de Tito (que conmemoraba la destrucción de Jerusalén en el año 70, por ese emperador romano) permiso para que los judíos vivieran un año más en Roma.  Para dar por cerrada esta ceremonia, el rabino debía presentar la espalda al jefe del consejo de gobierno de la ciudad de Roma ... que le daba una patada en el culo.  Estas y otras indignantes vejaciones salpicaban la vida del gueto, en medio de aguas servidas, piojos y miseria.

Esta infamia se conservó casi durante 300 años, y ninguno de los papas que gobernó la ciudad en ese período pensó jamás en dejarla sin efecto.  Alrededor del año 1850, el papa Pio IX debió dejar Roma a raíz de una revolución (parte del proceso de unificación de Italia). El gobierno surgido de esta revolución liberal se propuso demoler el guetto, y de hecho dejó sin efecto todas las medidas restrictivas contra los judíos.   Pero el papa volvió con el apoyo de tropas francesas y volvió a instalar con toda la fuerza la existencia del gueto y las normas represivas contra los judíos. Fue el mismo Papa Pio IX, (a quien Juan Pablo II convirtió en beato), que ahora tiene un lugar en los altares, y al que los católicos ya pueden pedirle que presente sus súplicas ante el padre eterno ...

El guetto fue abolido formalmente en 1882, por el gobierno de la nueva república de Italia, pero fue restablecido 50 años más tarde por un político italiano que es de mal gusto nombrar, pero que era profundamente admirado por el General Perón.

Así, pues, como católico me duele y avergüenza profundamente esta negra página de la historia de la Iglesia. Y me duele tanto más porque hay mucha gente que no se indigna por ella, demasiado ocupados en la discusión sobre el oro del Vaticano.  

Ya está, y al que le pique ... que se rasque.

2 comentarios:

  1. Me temo que debe haber otros relatos sin trascender, los cuales como católicos 'inculcados' seguro nos averguenzan ... lo del oro: el arbol que tapa el bosque ! besos Dani genial tu blog ...

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  2. Estoy tan sorprendido como usted por la acumulación de riqueza, por la "avalancha" de oro en una religión que defiende, entre otras cosas, la sencillez. Este es también el caso de la religión ortodoxa. Es demasiado ostentosos !
    Ah, el amarillo del gueto judío. La estrella fue cosido en la ropa era de color amarillo también... Al igual que lo que es peligroso confiar los poderes de Dios a un simple mortal... Entre el alto rango de dios por el resto de los mortales !
    Poder y el oro son primos hermanos. Están especialmente corrompiendo ! Pero todavía me dan Papa Francis el beneficio de la duda porque es argentino !

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